Primeramente, es importante reconocernos como mujeres y todo lo que nos conlleva desde el empoderamiento emocional, después podemos ponernos el papel de “Buena…” Pues bien, para muchas mujeres, desempeñar el rol de madre es lo mejor que puede pasarles y que no nacieron para ser otra cosa y, está bien. Por otro lado, hay mujeres que no se sienten atraídas con la idea de traer un hijo al mundo y, también está bien.
A ti mujer, que elegiste ser madre; nunca te desconectes de tu esencia, ser madre no implica que renuncies a ti como se ha estigmatizado. Ser madre es amar a tus peques poniéndoles el ejemplo, siendo una madre real, una madre que también se cansa, se enferma, una mujer fuerte pero simplemente un ser humano. Cuando enseñamos a nuestras hijas e hijos esta parte real, aprenden a no ponerse máscaras, a comprender que no se puede negar lo que tenemos, nuestra esencia y nuestras emociones.
Me refiero también, a aquellas mujeres que en su momento depositaban su feminidad en la reproducción y no lograron ser madres. Yo las valoro, reconozco y admiro, pero no olviden que ustedes son mujeres completas, quiero que esto llegue a aquellas mujeres que las hicieron sentir sin valor por no cumplir las expectativas. Todas las mujeres somos maravillosas, todas somos capaces, fuertes, sensibles, sexuales, humanas.
Yo soy de la idea, que el día de las madres no debe ser un día, bueno, a mis hijos, cuando crecíamos los tres, les enseñe que no necesitaba de ese día, que para mí era mejor tratarnos de manera especial siempre, todo el año y, cuando digo “especial” me refiero al respeto.
Amigas, ser madre es un deseo y no un instinto; el instinto sería si toda la vida estuviéramos embarazadas y la verdad no es así.
Cuando estés molesta háblalo con tus hijas e hijos.
Mujer ponte en tiempo fuera por un rato. Busca ayuda profesional y no serás juzgada.
Date el permiso de sentirlo.
Atrévete a irte de vacaciones sola.
Recuerden que antes de todo… son Mujeres.
Nos define como ¡si se puede!
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