La astrología es un lenguaje que nos enseña cómo en esta vida todo está conectado, cómo dentro de nosotros somos todo y a la vez todos somos uno y justo cada alineación, tiene una historia y este 2020 tiene tantas que contar…
Hoy estoy aquí para contarles la de Neptuno.
El cielo nos mostraba 3 sextiles entre Neptuno en Piscis y Júpiter en Capricornio.
Neptuno habla de un sueño, de un anhelo del alma y Júpiter de edificarlo, el primero de estos sextiles fue a mediados de febrero, con ambos planetas directos, el momento de iniciar a edificar un sueño y darle base, de atrevernos a ir a por él, el segundo sextil fue a finales de Julio justo en temporada de Eclipses, con ambos planetas retrógrados, había que trabajar internamente para creernos posibles, seguir en el camino, tener certeza y no claudicar y el tercero que se da a mediados de este mes de Octubre, donde Júpiter está directo y Neptuno aún sigue retrogradando, quiere decir que el crecimiento externo y la materialización de ese sueño se va a ir dando según le sigamos dando vida desde dentro, con certeza y esta historia culminará y tendrá un cierre cuando Neptuno arranque directo a principios de Diciembre, ahí podremos ya palpar ese sueño con nuestras manos.
En este 2020 en medio del caos, el miedo, el covid, las limitaciones y el trabajo personal y colectivo, el universo nos da este regalo único, ya que es una energía que no volveremos a vivir en esta vida, cuando Júpiter regrese a Capricornio en 12 años, Neptuno estará en Aries y no regresará a Piscis hasta el año 2205. Un sextil es energía fluida, más no regalada, es una oportunidad y hay que tomarla, hay que creernos posibles y disolver (Neptuno) nuestros propios límites para materializar y manifestar.
Cierto es que, en enero, con la unión Saturno y Plutón, recibimos una bomba atómica en la zona Capricornio de nuestra rueda astral, a nivel colectivo y personal nos hemos tenido que reinventar, ajustar y priorizar de manera diferente, ya que Capricornio rige al sistema, tanto nuestro sistema interno como el externo se han tenido que modificar, más poco se ha hablado de que Júpiter estando ahí es un benefactor y que ha venido a ayudarnos a edificar sobre los escombros.
Hemos tenido la oportunidad de aprender y crecer este 2020 y vamos a poder recordarlo como uno de los años más complicados y difíciles para el mundo, pero con este tipo de alineaciones, me gusta pensar, que también lo recordaremos como el año donde nos apostamos, creímos en nosotros, trabajamos duro por algo, tuvimos certeza, nos vimos posibles y logramos un sueño.
El deseo de conexión nos lleva a vivir en nosotros mismos para los demás
Astróloga Fabiola D’Anda
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