Todo el tiempo estamos bombardeados de información sobre lo que “tenemos” qué hacer, sobre lo que se espera de nosotros en nuestra familia, sociedad, trabajo, pareja, amistades, lo que “debemos” tener para ser exitosos, lo que “debemos” lograr para “ser” alguien, esas son guías del EGO.
Una de las guías de nuestro ESPÍRITU es la carta astral, una foto al universo al momento exacto de nuestro nacimiento, una guía de autoconocimiento impreso al momento de nacer que nos dejan las estrellas de regalo, lo más importante que nos marca, es el camino a nuestra evolución, esa evolución individual que está impresa en nuestra alma que es nuestro real propósito de vida y para lo que realmente estamos aquí, cómo podemos pasar al siguiente nivel, cómo vamos a vivir la unión y cohabitación entre el espíritu y el ego, y también, quiénes nos van a ayudar en el camino como maestros de vida.
Todos hemos pasado por momentos en nuestra vida de éxito, paz y felicidad, pero también hemos pasado por situaciones de reto, negatividad y miedo, esos periodos de la vida están marcados en nuestra carta natal, las posiciones de los planetas al momento de nuestro nacimiento nos indican las áreas de atención o fluidez que tendremos y cuándo las tendremos y así saber aprovecharlas, prepararnos, también nos indica nuestra tendencia a manejar cada uno de estos periodos para así, superarla y mejorar.
¿Te has preguntado por qué siempre decimos y/o sentimos que tuvimos mucha suerte en algunos sucesos de nuestra vida o por el contrario, que hemos tenido poca? A cualquier persona nos ha sucedido que en ocasiones al obtener algo muy deseado por lo demás, es decir, una increíble oportunidad de trabajo, sacarte la lotería, conocer a tu alma gemela desde muy joven, gozar siempre de buena salud, etc., pensamos que hemos tenido “suerte” o por el contrario, hemos luchado mucho por algo que queremos intensamente y por más que hemos hecho todo los que está en nuestras manos no se ha dado, no lo hemos logrado y pensamos que tenemos “mala suerte”, estos “premios” o “castigos” del universo están marcados por nuestra carta astral y nos indica cómo esos “premios” desde antes de nacer nos los hemos “ganado”, cómo están bajo la misma línea de nuestro camino a nuestro propósito y al ser así, nos impulsan a llegar más rápido a él y como esos “castigos” muestran como eso tan anhelado simplemente no se dió porque nos desviaba de nuestro camino al crecimiento, todo, absolutamente todo es para nuestra evolución, al final el espíritu no entiende de dolor o sufrimiento, para él solamente son etapas que debemos cruzar para ser seres evolucionados y no, no hablo de un destino en sí, que no podemos hacer nada al respecto y debemos limitarnos a ver lo que la vida nos trae o lo que dice la carta y listo, al final somos arquitectos de nuestra propia vida, arquitectos que mientras más alineados estemos con nuestro propósito y más conectados estemos con nosotros mismos, esos “consejos” del espíritu los tomaremos más abierta, feliz e inteligentemente y no por obligación sino por amor, amor a nosotros mismos.
Como mencioné antes, es un regalo, nosotros decidimos si abrirlo o no, cómo utilizarlo, dónde ponerlo.
Y tú, ¿estás listo para abrir tu regalo?
Comments