Todos los seres humanos tenemos un mecanismo de sanación en nuestro interior.
Es el que surge en todos los momentos desafiantes que nos toca experimentar.
Este gran poder sanador se activa cuando nosotros recordamos quienes somos en realidad:
Un ser ilimitado, perfecto y sostenido por el ser superior que vive adentro y afuera de nosotros y está lleno de fuerza y capacidad para disfrutar esta grandiosa experiencia, y muchas veces trascender todo lo que venimos a vivir en esta vuelta, en esta vida.
Cuando nos centramos en el aquí y en el ahora y estamos en nuestro centro, en esa parte sagrada que ya conocemos y es la casa del ser, dejamos a un lado la ilusión del ego, la ilusión del drama, la ilusión de la carencia y la ilusión del sufrimiento y la soledad.
Cuando dejamos todo esto a un lado nos expandimos, creamos y manifestamos todo lo que si queremos que suceda desde nuestra frecuencia y nuestra resonancia que a cada instante está emitiendo al universo esa petición con cada pensamiento, cada emoción, desde nuestro consciente e inconsciente.
Tenemos muchos programas guardados en el disco duro de la mente y la memoria.
Muchos de ellos son útiles y se han vuelto valiosas herramientas para la vida y otras en realidad nos estorban porque muchas de ellas se vuelven una vocecita inquietante en la mente que te dice que no eres suficientemente bueno o buena, que necesitas ser distinta o distinto para "encajar" para que te vean. La realidad es que no venimos a encajar, venimos a ser quienes somos y manifestar nuestra única e irrepetible persona, venimos a sobresalir.
Eres un ser perfecto, mucho de lo que ha vivido tu ser ya lo tenía visto y escrito en el libro de tu vida para que hicieras historias y seas quien eres en este momento; ese cúmulo de facetas que se engloban en el perfecto TU y no necesitas nada, todo ya está dado en tu vida y que todo lo que no te ha gustado vivir ha sido solo lecciones que no te definen, solo son situaciones que tenías que experimentar para ser quien eres hoy, para evolucionar.
El hecho que estés aquí hoy leyendo esto no es casualidad, ni el hecho que lo haya escrito para ti.
Así que hoy disfruta con ligereza y fluye solo fluye, suelta el control y deja que el Ser tome las riendas y verás como todo desde ese momento se vuelve gozo.
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