Aquí estoy yo, disfrutando este instante, son las 9:46 de la noche, es 15 de octubre del 2020 es jueves y sé que no se repite jamás., También sé que el tiempo se esfuma así, a la velocidad de un suspiro y disfruto también fluir con esto. Escucho una canción que me abre la memoria y se reúne con otra que trajo la lluvia que suena tímida en la ventana. Y pienso en Ti, si en Ti que me lees. Pienso en esto que he traído en la cabeza y en el corazón desde que comenzó el tintineo de las gotas... Este golpe de conciencia me lleva a entender que esta lluvia que llega no solo no es la misma de antier, ni la del otoño pasado y menos la que se ancló en mis memorias hace muchos, muchos años. Con esto te digo que todo siempre cambia tal y como lo hemos hecho con el tiempo, voluntaria e involuntariamente y que ni tú ni yo somos las mismas que antier, que el otoño pasado y menos las mismas de hace años ¡que regalo! Todo lo que hemos vivido se ha quedado en las memorias de la mente, del alma y del cuerpo. Los recuerdos saltan, y nos hablan con un olor, con una sensación, con una emoción y si, nos pueden asaltar en cualquier momento, haciendo cualquier cosa o haciendo nada. Y esas memorias llegan sin avisar porque ya en el pasado hicieron su trabajo: Crear nuestra historia sin importar el tiempo y el lugar. Y todas juntas nos han hecho esta película con este personaje que somos hoy, así de ricas, así llenas de cuentos internos, unos con algunos villanos, otros con hadas y ángeles que llegaron a suavizar las experiencias más amargas pero nuestra película al fin es única e irrepetible como nosotras, llenas de matices y de momentos que se fueron pero que permanecen de alguna manera ahí en la caja de lo temporal. Entender la belleza de la temporalidad es solo observar la vida, las estaciones del año, los ciclos, nuestros ciclos que siempre nos dejan mucho o se llevan mucho, pero al final del día se cumple el objetivo de solo disfrutar el instante eterno del presente siendo conscientes que solo estando aquí y ahora en donde todo lo demás se reúne para invitarnos a ser parte de la danza de la vida. Te abrazo. Adriana
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