A partir del primer año de vida, el niño inicia un periodo de aprendizaje y desarrollo que influirá de manera determinante en su vida futura.
Es una etapa de independencia, habilidad y sociabilidad que le permitirá explorar, adaptarse e integrarse al mundo que le rodea, logrando un mayor aprendizaje y madurez.
A través de esta exploración, el mundo de los niños se irá enriqueciendo con colores, texturas, sabores, aromas y sonidos que irá conociendo a través de diversos objetos, muchos de los cuales toca con sus manos o incluso, puede llevarse a la boca. Este proceso de indagación puede ponerlo en contacto con microorganismos dañinos que pueden afectar su salud.
Una manera de protegerlo es a través de una alimentación correcta, en la que pueda recibir ciertos elementos que ayuden a fortalecer su sistema inmunológico. Los ingredientes clave para su protección son los probióticos y prebióticos.
Los probióticos son microorganismos que al consumirlos de manera frecuente, ayudan a fortalecer la flora intestinal benéfica y a la prevención de enfermedades entre los cuales se encuentran las de tipo gastrointestinal las cuales son una de las principales causas de enfermedad en niños menores de 3años.
Los probióticos evitan que las bacterias dañinas puedan entrar y/o crecer dentro del organismo, ayudando a prevenir enfermedades, también ayudan a estimular la respuesta del sistema inmunológico.
Ya los sabemos ahora, a tomar probióticos y a darle a nuestros niños esa protección para que su cuerpo este fuerte sobre todo en este tiempo.
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